El ego se identifica con las posesiones, o con cualidades, posturas, confunde el Ser con tener, con roles, con sus posturas ideológicas y se auto afirma en relación a esto. Se engalana de “ser rico”, o “pobre” o “un luchador de causas sociales”, o “víctima”, o “seguro de sí mismo”, o “libre y arrojado”. Se apropia de una postura, cualidad, ideología de la cual toma ventaja para sentirse único y especial.
Cuando el alma llena al yo no hay definición, hay apertura, hay paz, hay sentido, hay entusiasmo, hay ser Amor que no es mío sino una cualidad de la vida que se expresa a través de mí.
Las personas se convencen de que son el personaje validado socialmente (o des-validado lo cual también da un lugar en el mundo… el “outsider”). Para sostener ese personaje hay que hacer esfuerzo, engañarse, reprimir, desviar, ser sordo a la propia verdad, a los ritmos vitales, a los procesos de edad. Seguir siendo “ese” que tiene valor o definición para los demás.
El ego es tensión por que se esfuerza en sostener esa identidad validada socialmente, o la “persona segura de sí”, “la víctima”, la “la bondadosa”, “la inteligente”, el “atractivo”, “la provocadora”, etc. Y no es sólo ante los demás, sino ante sí mismo, puesto que ésta aporta identidad, ”sentimiento de ser”. El ego está siempre ante una postura a la cual tiene que responder.
Por eso, cuando la vida nos quita esa falsa identidad que ya no puede ser sostenida, la persona lo vive como un fin. Si al “exitoso” lo desvinculan del trabajo su imagen cae, y con ello cae el personaje con que se identificó. “Me quedé sin nada”, “mi vida terminó”.
Si pudiera ver y sentir que en ese “nada” está todo, está el ser humano integral que es. Está su humanidad en todos sus niveles: biología, sentimientos, pensamientos, y está también su alma con todo su amor y poder. Todo eso constituye a un ser humano y quién se atreve a vivir desde allí tiene un centro sólido: su esencia, su sentido profundo, y una forma cambiante por los ciclos, las edades, los intereses y roles que irá transitando. Todo irá fluyendo más su centro vital permanecerá.
Patricia May U.