Fundacion Hypatia

herramientas

Compartimos habilidades y conocimientos que despiertan zonas de la conciencia que se encuentran dormidas, de manera de ampliar nuestra sensibilidad, capacidad de percepción y contemplación. Poner atención a la práctica cotidiana de estas virtudes favorece el desarrollo de la paz, el bienestar y la transformación individual.

La respiración

El observador

Alineación interna

Silencio

Sintonizar con el corazón

Discernimiento

Integridad

Propósito

Interdependencia

Inteligencia espiritual

Palabra creadora

Redes virtuosas

Regeneración

Reciprocidad

El Amor

Ética del cuidado

Comunidad de vida

La Respiración

El proceso de respiración es la fuente regeneradora de vida que se replica en todos los ecosistemas naturales. Las células, los seres humanos, el mundo animal y vegetal respiran en un continuo flujo de contracción y expansión de la energía. Llevar la conciencia a la práctica intencionada de la inhalación y la exhalación activa la fuerza de revitalización y reciprocidad entre el macrocosmos y el microcosmos.

El Observador

El observador interno es aquel que puede contemplar simultáneamente y con desapego los aspectos internos y externos al ser humano, siendo testigo y no víctima de los pensamientos, emociones, ego y estímulos, reduciendo la sensación de estrés, carga y angustia asociados a éstos. La práctica cotidiana de la auto-observación acelera el proceso evolutivo y amplía la conciencia ética, ecológica y espiritual.

Alineación interna

En los últimos cinco siglos nos hemos especializado en el mundo material del afuera, hemos dejado sin guía y custodia el universo interno. Para su completo desarrollo, el ser humano necesita procesar y ordenar sus aspectos psicológicos, emocionales y espirituales. Las técnicas de alineación y/o meditación son esenciales para conservar la salud, equilibrio y eje interior.

Silencio

Debido al ritmo de vida moderno convivimos con un exceso de ruido mental y ambiental. Desarrollar el hábito de producir espacios de silencio es una práctica milenaria que nos reconecta con la esencia de la vida y sostiene nuestro equilibrio o armonía interior. Llevar la conciencia a lo que ocurre en el silencio permite descansar, decantar y disfrutar de la regeneración de nuestra energía.

Sintonizar con el corazón

Estamos transitando de la cultura del ego a la cultura de la colaboración que busca integrar el bienestar individual con el colectivo. La naturaleza intuitiva y/o inteligencia del corazón nos permite avanzar en esta dirección. Sintonizar con el corazón implica reconocer, recibir, sentir y expandir el campo energético del amor como fuente de energía vital para la salud y el bienestar de nuestra comunidad de vida.

Discernimiento

El discernimiento, o capacidad de separar la paja del trigo, es una virtud fundamental en un siglo caracterizado por el exceso de información e irrupción del mundo digital. Estamos más de un 70% del tiempo en el cuerpo mental, provocando un desequilibrio en el cuerpo físico, emocional y espiritual, y alterando la armonía en el flujo de energía regenerador de la vida.

Integridad

La integridad emerge al vivir en coherencia entre lo que siento, pienso, comunico y hago. Cuando esto no ocurre se generan desequilibrios que favorecen las enfermedades. Para desarrollar la integridad, o coherencia interior, es necesario alinear pensamientos, sentimientos, palabras y acciones, lo que impacta directamente en nuestra salud y bienestar, y en la de quienes nos rodean.

Propósito

El encuentro con el don o potencial personal es fuente de felicidad y realización para el ser humano. La angustia que genera el no conocer nuestro sentido de vida desaparece. Al profundizar en el autoconocimiento el propósito del “yo soy” se manifiesta. Fortalecer el vínculo con el corazón, practicar la integridad y hacer florecer mi especial servicio a la comunidad fortalece el fuego interior.

Interdependencia

El reconocimiento de la interdependencia entre todos los seres, formas de vida y ecosistemas que nos conforman es esencial para la conservación de la vida tal y como la conocemos hoy. Y una declaración de respeto, humildad, escucha y reciprocidad como parte de la comunidad de vida planetaria de la que dependemos para las futuras generaciones.

Inteligencia espiritual

La Inteligencia Espiritual (I.E.) es la inteligencia primordial del ser humano, aquella con la que resolvemos los problemas de trascendencia y significado, y otorgamos sentido a nuestro proceso evolutivo colectivo. La I.E. se caracteriza por su mirada holística y ecosistémica, por su horizontalidad, flexibilidad, generosidad, inclusión, equidad, ética e integridad.

Palabra creadora

La palabra construye realidad. Diversas escrituras de antiguas culturas han profundizado sobre el poder creador de la palabra. La observación, cautela y trabajo cotidiano con nuestra palabra –su presencia, calidad, contenido, coherencia, tono e intención– amplían nuestro nivel de conciencia y nos alertan sobre su impacto en nosotros, en otros y en el mundo que nos rodea.

Redes virtuosas

El desarrollo de la conciencia depende no sólo de la voluntad individual sino de nuestra capacidad para reunirnos con personas con propósito común. Ser parte de estas redes es una de las experiencias más satisfactorias para el alma, al contribuir a la salud e inteligencia colectiva. Ellas son capaces de regenerar a sus integrantes y a otros ecosistemas fuera de la red.

Regeneración

La regeneración es el concepto ecológico para definir el respeto por los ciclos de descanso, restauración y revitalización de la Naturaleza, necesarios para reproducir la vida, la salud y la abundancia. Como parte de estos ciclos, el ser humano también necesita un orden, límites y descansos para regenerar la salud de su cuerpo físico, mental, emocional y espiritual.

Reciprocidad

Es la fuerza interior que nos lleva a restaurar y devolver la abundancia que hemos recibido para la regeneración de la armonía ecosistémica. Se trata de la conciencia de equilibrio y equidad sobre cuánto tomo y cuánto doy en los diversos ámbitos de la vida, de manera de restaurar el impacto de mis acciones y omisiones en la comunidad.

El Amor

El siglo XXI será el siglo del amor. Todos conocemos sus leyes pues las llevamos internamente a nivel químico, biológico y celular, y como sabiduría intuitiva o espiritual. Lo que hemos estado viviendo hasta hoy es solo el miedo al amor, pero durante los próximos siglos expandiremos su potencial, poder de regeneración y despertar del la conciencia.

Ética del cuidado

Principio de compasión, humildad y servicio inherente al ser humano que conduce al equilibrio y regeneración de la belleza y la abundancia en nuestra comunidad de vida. El cuidado de lo micro, lo simple y lo pequeño que lleva a una conciencia despierta sobre el impacto de nuestra frecuencia en la totalidad.

Comunidad de vida

Vivimos juntos como familia terrestre y comunidad planetaria, enlazados a través del corazón del universo, el corazón de la tierra y el corazón de cada uno de los seres. Una conciencia despierta y activa de unidad, reciprocidad e interdependencia nos permite transmutar las heridas individuales y colectivas para nuestro florecimiento y sanación.